Una de las causas más comunes de consulta psicológica es el estado de ánimo triste o deprimido. Pero, ¿son lo mismo la tristeza y la depresión? ¿ Que nos está queriendo decir la tristeza? ¿cuando la tristeza se convierte en algo más?¿qué es la depresión y que podemos hacer para ayudar a la persona que padece una depresión?
La tristeza
La tristeza, como el resto de emociones surge como respuesta a una situación concreta que estamos viviendo. Nos ofrece una información importante sobre nosotros mismos y sobre nuestro entorno. Atenderla supone un elemento importantísimo para nuestro equilibrio psíquico.
Esta emoción, es una de las que más nos invitan al recogimiento. Tal vez sea porqué se asocia a situaciones de pérdida o adversidad. A pesar de que la tendencia natural nos lleva a huir de ella, en realidad supone una oportunidad para el dialogo interno, el autocuidado y compartir las personas con quienes mantenemos una relación más más íntima.
Cuando la tristeza va un paso más allá: Los trastornos del estado de ánimo
Cuando la emoción deja de ser adaptativa, es decir, cuando paraliza e invade impidiendo desarrollar nuestra vida, podemos estar ante otro tipo de situación. Es normal sentirnos tristes ante determinadas situaciones. Pero no hay que olvidar que las emociones cumplen una función temporal. Cuando una persona se siente triste de forma habitual y sin que exista un motivo o motivos claros podemos estar ante un trastorno del estado de ánimo.
Depresión ¿Como reconocerla?
Existen diversos trastornos del estado de ánimo que cursan con periodos de tristeza. Algunos de ellos se dan de forma cíclica asociadas a los cambios de estacionales, consumo de substancias, o con altibajos más o menos agudos . Entre estos trastornos la depresión es el que se da con mayor frecuencia y requiere de intervención medica y psicoterapéutica.
Son propios de la depresión los siguientes síntomas:
- Sentimiento profundo de tristeza, o vacío sin motivo aparente
- Irritabilidad, frustración, inquietud
- Sentimiento de inutilidad e impotencia para enfrentar las situaciones cotidianas
- Falta de energía y cansancio persistente
- Dificultades para concentrarse y tomar decisiones
- Olvidos frecuentes
- Sensación de moverse y pensar de forma más lenta
- Perdida de interés por cosas que antes le gustaban o le producían bienestar
- Dificultad para alegrarse por cosas que antes le hacían feliz
- Problemas digestivos, cambios en el apetito y en el peso
- Dolores físicos: musculares, dolores de cabeza frecuentes
- Dificultades para dormir
- Sensación de falta de sentido vital.
En muchas ocasiones, la persona que sufre una depresión se siente tan mal que no es capaz de pedir ayuda. Por eso es importante que las personas de su entorno sepan reconocer los síntomas y puedan ayudarlas.
Consejos para familiares y amigos
- La persona deprimida no comprende porque se siente así, por tanto una vez vemos que el problema va más allá de la tristeza por algo que le ha ocurrido, no sirve de ayuda preguntarle constantemente el porqué de su malestar.
- Evita enfadarte con la persona deprimida. No está así por gusto y tu enfado solo reforzará ese sentimiento de inutilidad y culpa que acompaña a su depresión.
- Mantén la calma y la serenidad: Es un proceso complicado y requiere de dosis de paciencia y confianza . El mejor apoyo es ayudar a la persona a buscar el mejor tratamiento y acompañarla en en su seguimiento.
- Es importante que como familiar/ cuidador/ amigo/a conozcas la enfermedad y como le está afectando a la persona. Explicarte lo que está ocurriendo y podérselo explicar a la persona con depresión puede serte de mucha utilidad durante el proceso de curación. Esto permite identificar nuevos síntomas y prevenir recaídas.
- Cuídate. Como en todas las enfermedades la persona que cuida tiene que cuidar de si misma.