Utilizamos el termino estrés, o la frase estoy estresado o estresada de forma frecuente y habitualmente con connotaciones negativas. Pero ¿qué es realmente el estrés? ¿Es siempre negativo? ¿Podemos aprender a convivir con él y gestionarlo en nuestro propio beneficio?
¿Qué es el estrés?
El estrés es un mecanismo que se pone en marcha nuestro organismo cuando necesita afrontar una situación determinada que requiera un esfuerzo. Esto sucede tanto en situaciones cotidianas como levantarse por las mañanas, llevar a los niños al colegio, coger el transporte publico y llegar puntual al trabajo, como en situaciones vitales como una mudanza, una separación, o una pérdida.
El nivel de demanda de la situación y los recursos que tenga la persona para afrontarla influirán en el nivel de estrés.
Las caras positivas y negativas del estrés
Es importante entender que el estrés en si mismo, no es negativo. De hecho puede ser positivo y saludable. Por ejemplo podemos pensar en uno de esos días «estresantes» en los que hemos tenido que solucionar problemas, finalizar tramites pendientes,….. A pesar del cansancio nos hemos sentido satisfechos por haberlo conseguido. El estrés nos ha permitido adaptarnos a las exigencias del día con éxito y esto ha favorecido nuestro sentimiento de bienestar, y reforzado nuestro sentimiento de capacidad y autoestima.
Pero si desde esta visión es positivo ¿ por qué lo asociamos con algo negativo?
Como hemos visto, sentirse estresado puede ir asociado o emociones positivas pero no siempre es así. El estrés es un mecanismo temporal, con un objetivo concreto. Cuando los niveles de éste se mantienen en el tiempo o se activa con demasiada frecuencia. Si el nivel de exigencia es demasiado elevado o no tenemos recursos para afrontarlo, puede puede repercutir gravemente en nuestra salud, física y psicológica.
Un ejemplo de ello son los trastornos de ansiedad, el cansancio crónico, el agotamiento y las enfermedades infecciones , así como las afecciones cardiovasculares.
Síntomas del estrés
A pesar de que difieren en algunas cosas, estrés y ansiedad comparten algunos síntomas. El estrés de hecho puede desencadenar una respuesta ansiosa y por tanto desagradable. Algunos de los síntomas más comunes son:
- Dolor de cabeza
- Alteraciones gastrointestinales
- Alteración de la memoria y la atención
- Cansancio y falta de energía
- Irritabilidad, depresión ansiedad
- Perdida o aumento de peso
- Dolor
- Alteraciones cardiovasculares
- Alteraciones a nivel sexual
- Insomnio
¿Qué podemos hacer para prevenir y gestionar el estrés?
Es importante insistir en que, en tanto que va ligado al afrontamiento de las situaciones de la vida, nos va a acompañar durante ella y por tanto debemos centrarnos en como gestionarlo en lugar de querer que desaparezca.
- Aprender a reconocerlo y detectar qué situaciones me provocan estrés
- Incorporar y reforzar hábitos saludables : alimentación equilibrada, hábitos de sueño y deporte
- Potenciar la práctica de técnicas de relajación y hobbies que permitan actitudes de relajación y bienestar
- Evitar conductas poco saludables como la ingesta de substancias, alcohol, o alimentos poco saludables.
Todo ello nos ayudará a prevenir el estrés negativo. Aun así, si se da con demasiada frecuencia, o se tiene la sensación de que no se tiene recursos para gestionarlo y continua afectando de forma negativa en nuestra vida, acudir a un profesional puede ser de gran ayuda para reconducir la situación.